Acondicionamiento Físico General para los niños y niñas de nuestro club

Esta semana y, concretamente, desde hoy, dará comienzo la iniciativa de Acondicionamiento Físico General para los niños y niñas de nuestro club. Es un plan innovador y de características únicas, donde por el momento ya hay apuntados 20 niños y niñas (Categorías Infantil Masculino y Femenino, Cadete Masculino y Femenino y Juvenil Masculino)

Si bien hay una gran adherencia por parte de los jugadores y sus padres hacia esta iniciativa, hay que mencionar que el entrenamiento en niños y adolescentes ha sido (y sigue siendo) un tópico bastante controvertido en muchos ámbitos y lugares. Y fundamentado mayormente en mitos y creencias populares. Más de una vez y como profesional del deporte y la salud he escuchado la siguiente afirmación:

“Mi hijo/a no hará entrenamiento de fuerza o no irá al gimnasio porque…:”

Aquí puede seleccionar entre las siguientes respuestas,

a) no crecerá más o puede tener problemas de crecimiento; (esta es la versión más escuchada)
b) sufrirá lesiones, seguramente en la espalda;
c) porque es totalmente inútil o una pérdida de tiempo hacerlo a esta edad. Cuando sea más grande…

Y podrían agregarse una o más respuestas a la lista…

Todavía algunos clubes y/o profesionales de la salud (médicos incluidos), siguen evitando incluir a jugadores/as jóvenes en programas o entrenamientos de carácter físico, con la respuesta de que el momento ideal sería cuando sean adultos, o sobrepasen cierta edad cronológica (18 años por ejemplo), pero sin poseer justificativo alguno.

La verdad es que desde hace unas décadas, la ciencia nos demuestra una y otra vez que este planteamiento es el correcto. Recientemente se solía contestar a los padres que: “lo ideal sería esperar a que su hijo este totalmente desarrollado a nivel madurativo y sexual”.

La verdad es que no es posible determinar qué edad cronológica es la ideal para comenzar entrenamientos de fuerza en este caso. Incluso hace algunos años, importantes instituciones como la Academia Americana de Pediatría (1990) recomendaban evitar ciertas prácticas deportivas (como por ejemplo, levantamiento de pesas) hasta que los niños hubiesen alcanzado la madurez sexual (estadio Tanner 5).

Pero incluso este aspecto también fue desmentido posteriormente y en varias ocasiones. Desde una perspectiva de la salud, la evidencia indica que el entrenamiento de fuerza puede hacer cambios positivos en la composición general del cuerpo, reducir la grasa corporal, mejorar la sensibilidad a la insulina en adolescentes con exceso de peso[…]Es importante destacar que también se ha demostrado que la participación regular en un programa de ejercicios diseñado apropiadamente ,incluido el entrenamiento de fuerza, puede mejorar la densidad mineral ósea y mejorar la salud del esqueleto y probablemente reducir el riesgo de lesiones relacionadas con el deporte en los atletas jóvenes. Claro está, siempre que haya un profesional cualificado para llevar a cabo y diseñar la actividad.

Padre: ¿Pero tu me aseguras que mi hijo/a no dejará de crecer por hacer este tipo de entrenamiento o se quedará “bajito/a”?
Recientemente (en el 2014) quedo consensuado que:

“Los temores de que el entrenamiento de fuerza podría dañar las placas de crecimiento de los jóvenes no son apoyadas por informes científicos u observaciones clínicas, que indican que el estrés mecánico colocado en las placas de crecimiento en desarrollo de ejercicios de fuerza, o de alta tensión que suscitan los deportes como la gimnasia o levantamiento de pesas, puede ser beneficioso para la formación ósea y el crecimiento.”

Por otra parte, no hay evidencia científica que indique que este tipo de entrenamientos tendrá un efecto adverso sobre el crecimiento lineal durante la niñez o la adolescencia o reducir eventualmente la altura en la edad adulta.

Dos cositas más sobre este tema, como para no alargarnos demasiado sobre este tópico. La primera es sobre la duración total del programa, y la segunda y última es sobre la necesidad de este entrenamiento en niñas.

¿Por qué pedimos a los padres que mantengan a sus niños entrenando de manera constante en este programa?

Ya que si bien es verdad que la participación regular en este tipo de programas puede traer rápidamente influencias positivas en la salud musculo-esquelética, composición corporal, etc. es verdad que también solo se necesita de un período de 8 a 12 semanas de desentrenamiento para que los valores obtenidos vuelvan a sus parámetros iniciales. Es por eso que vemos esta iniciativa como un proceso a largo plazo, y no solamente de resultados inmediatos.

Y finalmente, es importante que nuestras jóvenes jugadoras adquieran ciertos hábitos con este tipo de entrenamiento ¿Por qué? El crecimiento musculo-esquelético durante la pubertad debe ir acompañado de ciertas adaptaciones (principalmente neuromusculares), que se adquieren con entrenamiento. De lo contrario se pueden generar ciertos patrones en algunas articulaciones, que predisponen a un alto riesgo de lesión, sobre todo de extremidad inferior (rodillas y tobillos). Todo esto puede evitarse con un plan general de prevención (incluido en el acondicionamiento físico general), los cuales han demostrado ser bastante efectivos en poblaciones de estas caracteristicas. Es este uno de los principales motivos por el cual TODOS los jugadores de base del club reciben dos estímulos semanales de Prevención de Lesiones. Si bien son estímulos pequeños, pueden reforzarse con esta iniciativa la cual propone horas extras para seguir sumando en calidad y cantidad de entrenamiento.

Con todo lo apuntado anteriormente solamente queríamos aclarar ciertos mitos existentes y reforzar nuevamente la importancia que una iniciativa de estas dimensiones puede tener. Solamente queda agradecer nuevamente a todos los padres, como también a los entrenadores, que han confiado para que esta iniciativa salga adelante. Ahora solamente…a ENTRENAR!!!

Agustín Bou